Por Sonia M. Saracho - Profesora de Letras y actriz.
Son casi las 20 hs de una tarde increíble. Estamos en el aula, esperando que EDET nos dé nuevamente luz. Una luna redonda como un pan casero nos acompaña. Esperamos el inicio del acto del 25 de mayo.
De pronto, se me acerca una alumna, alcanzo a adivinar el rostro de Andrea en la oscuridad, apenas atenuada con la luz de la pantalla de su celular. No me dice nada, sólo pone la pantalla delante de mis ojos. Alcanzo a leer :"murió Elsa Bornemann". Me quedo helada. Ayer, en clase, leímos "Pablo", un cuento terriblemente conmovedor: el día que murió el poeta, los pescadores perdieron las palabras, y también las mujeres, los jóvenes, los niños. Todas las palabras se fueron alborotadas a la casa de Pablo, y entraron por la chimenea, por las cerraduras, por las ventanas y las puertas.Pienso en la emoción que se generó en clase mientras leíamos ese cuento que habla de la belleza de las palabras, y que ella escribió como homenaje a Pablo Neruda. Ayer nomás, les contaba a mis alumnos que cuando murió Neruda, las paredes amanecieron cubiertas con sus versos, con palabras que recordaban al poeta. Algunos, desafiando el miedo, la muerte y el toque de queda de la dictadura de Pinochet, se animaron a escribir sus palabras. Ahora digo, habría que salir a pintar las paredes con las palabras de Elsa Bornemann.
Pienso en los poemas y las historias que Elsa derramaba con sus manos, pienso en todos los chicos y grandes que aprendimos a pensar en la libertad, en nuestros derechos, en el amor, en la justicia, en la guerra, y también en la belleza, la solidaridad, la esperanza, solamente con tus palabras. Y es que Elsa escribía para conmovernos, para emocionarnos, para despertarnos.
Quién no recuerda a Víctor que organizó una huelga en el circo y le valió el decreto de prohibición de la Dictadura Argentina a su libro "Un elefante ocupa mucho espacio"; a Gaspar que eligió caminar con las manos porque total ninguna ley lo impedía; quién no se reencontró con sus primeros amores en el "Libro de los chicos enamorados" o en "No somos irrompibles"; quién no recuerda "Mil grullas", "El espejo distraído", "Disparatario", "El niño envuelto", quién no tembló de miedo con "¡Socorro!" O con"Queridos mounstros". Por ahí andan "Lisa de los paraguas", y sus libros de poemas para chicos "Corazonadas", "Sol de noche". Tus palabras Elsa, tus historias, nutrieron los sueños de tantos chicos argentinos. Tus palabras, Elsa, circulan por las casas y las aulas de nuestro país. Tus palabras Elsa, fueron un pasaje a mundos extraordinarios, y así como los personajes de tu cuento, yo también los invito a seguir la palabra 'mar', maravillados por esas tres letras verdes ondulando en la tarde... o la palabra 'sol' partida en gajos de una enorme naranja.